Hoy el bosque se pinta de un color especial, ese día no parecía como cualquier otro, Kaperucita paseaba por primera vez sola por el bosque, ese día los colores tenues de los arboles que hacían que los rayos del sol apenas y se filtraran entre sus ramas.
Kaperucita vestía su vestido mas hermoso, era para poder festejar ese primer viaje sola por el bosque, ese lindo vestido blanco que hacia juego con su capa roja, una combinación que la hacia lucir tan hermosa como ninguna, su aroma que podía despedir, un aroma inocente y delicado, como el de una rosa recién cortada.
Ese día en sus territorios se encontraba el Lobo, un ser extraño, no es un lobo normal, no pertenencia a manada alguna, un lobo solitario, que por su rareza misma, vagaba solitario por el bosque.
Entrado en su mundo, caminaba el lobo, pero hoy había algo extraño en el ambiente algo que no había percibido jamas, su olfato desarrollado percibía algo diferente, con esa sensación de que algo nuevo sucedería en su vida, algo que sabia muy bien haría nada fuera igual en el bosque.
Siguió con lo ojos cerrados solo guiado por su olfato y su instinto, tenia que conocer que era eso que le atraía sin cesar eso que sabia cambiaría su vida, no importaba nada en ese instante, su corazón vibraba de tal manera que parecería que saldría de su pecho, pero no importaba, el tenia que conocer eso que lo atraía.
Se acercaba a ese aroma tan peculiar, lo sintió tan cerca, que por fin decidió abrir los ojos, y ahí estaba ese ser espectacular que se presentaba frente a el, deslumbrado por ese vestido blanco, solo podía observar, y empezar a verla.
Como dejar de ver a ese hermoso ser, su cabello oscuro, su piel trigueña, unos ojos negros en los cuales te podías perder con tan solo mirarlos, era ella, era ese aroma, era ese ser que el sabia cambiaría su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario